No sabemos cómo fue, pero sí podemos afirmar por la Historia de las Religiones, que desde el principio hasta nuestros días el hombre religioso fue hombre orante. Unos cuantos símbolos grabados en la pared, unos cuantos utensilios y estatuillas son testigos de la oración del hombre primitivo. Está comprobado arqueológicamente que desde el principio de los pueblos ya existía la oración. No hay duda de que el homo faber fue a la vez homo orans.
En el hinduismo, religión en la que conviven multitud de tradiciones, rituales, doctrinas y místicas. se podría decir que todas sus expresiones, literarias y de culto, forman una plegaria total. En sus textos sagrados (Upanishad, Mahabarata, Ramayana) toda palabra es plegaria porque es sagrada. Todo sonido es sagrado y se ora reiterando el murmullo de ciertos monosílabos. La plegaria, para el hindú, es una oración que no tiene otro objeto fuera de Dios mismo y de la inseparable comunión con él.
Dentro del budismo, fundado en la India hacia el año 600 a. C. por Sidharta Gautama o Buda (el iluminado), han evolucionado dos grupos, uno más filosófico (hinayana) y otro más propiamente religioso (mahayana). En este último, surgido del encuentro con el hinduismo, existe el culto a un dios personal. Las oraciones son como un entrenamiento interior, para poder encontrarse con dios, hasta con Buda. Son plegarias muy variadas, breves, personales, colectivas, monoverbales, litánicas... inspiradas en todo tipo de sentimientos.
La religión de la época faraónica en Egipto era una mezcla de creencias de origen diverso. Hay distintos dioses: locales, cósmicos, extranjeros, genios, hombres divinizados, animales sagrados. Bajo el reinado de Akhenatón profesaron el monoteísmo, probablemente la primera doctrina monoteísta documentada históricamente. Pero en general fueron politeístas. El dogma más arraigado y común fue el de la inmortalidad.
Este es un fragmento de “lo que se ha de decir cuando se llega a la Sala de las Dos Verdades”, del Libro de los Muertos: “Salve a ti, gran dios, señor de las verdades! Yo he venido a ti, mi señor; he sido conducido hacia ti para mirar tu belleza... Mira yo vengo a ti, yo te traigo la verdad y ahuyento los pecados: No he cometido ninguna injusticia contra los hombres, ni he hecho desgraciadas a las gentes. No he cometido ningún pecado en el lugar de la verdad... No he hecho nada de lo que Dios aborrece..."
En la antigua Grecia tampoco Dios estaba ausente. Esquilo nos transcribe este himno en el que se canta la grandeza insondable de Zeus: “Oh Zeus, ignoro tu nombre. Pero he medido todas las cosas, y a Zeus sólo puedo compararlo con Zeus... No es fácil penetrar los designios de Zeus. Pero de repente resplandece por todas partes en medio de las tinieblas..."
El culto de los romanos presenta dos modalidades esenciales: plegaria y sacrificio. Las oraciones que han llegado hasta nosotros no contienen ningún fervor místico. Todas encierran un carácter material: peticiones de salud, prosperidad, fecundidad, victoria...
El islam, religión fundada por Mahoma, en el siglo VII d. C., se asienta sobre cinco pilares, uno de los cuales es la oración, considerada como imprescindible. La palabra árabe salat, que traducimos como oración implica un acto de culto de suma importancia, es un rito supremo que no incluye componente emocional y personal. Sus características son: se hace cinco veces al día (según la posición del sol), no existe un lugar expreso (basta con que no sea un lugar impuro), supone unos requisitos exteriores (pureza, indumentaria apropiada, separación del mundo y orientación a la Meca). Esta oración va acompañada de unas posturas corporales y unos gestos, pero lo importante realmente es la conciencia de estar en presencia de Alá. Por ello no se habla, no se mira nada, no se piensa en nada más que en lo que se está haciendo.
La religión del pueblo judío tiene en común con el islam y el cristianismo la creencia en un Dios personal, creador, providente, trascendente y cercano a la vez. Y a él se dirigen los creyentes de las tres religiones por medio del culto y la oración. Para el judío creyente, la actitud orante salta desde cualquier acontecimiento de su vida. Suele orar desde una situación concreta, ya sea personal o colectiva y así brotan dos formas principales de oración: la súplica y la alabanza. El creyente judío ora para explicitar su fe y para identificarse con Dios.
La oración cristiana es novedad absoluta, porque el orante cristiano sabe que Cristo ora con él, aquí está su originalidad. Sabe que está movido por el Espíritu para dirigirse a Dios con la osadía de llamarle “Padre”, como Jesús mismo lo llamaba. Gracias a Jesús, en el aliento del orante humano están implicados los gestos y las palabras del mismo Dios.
El cristiano tiene una oración propia, que ha recibido del mismo Jesús, el Padrenuestro. Con ella ora como hijo ante el Padre y y se une a Cristo como hermano mayor. Sabe qué cosas puede pedir al Padre, cosas de Dios (el Reino, su voluntad) y cosas de los hombres (el pan, el perdón). Y todo lo dice en plural, unido a los demás creyentes.
La oración cristiana es comunitaria, pues dice Jesús “donde estéis dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos”. La Iglesia nace como comunidad orante, tal como nos cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles: “estaban todos reunidos en oración, con las mujeres y María, la madre de Jesús” (Hechos 1, 14).
Nace de la escucha de la Palabra de Dios. Por ello es un diálogo entre la Palabra y la escucha y la respuesta del hombre. Es, sobre todo, acción de gracias.
La expresión más fuerte es la Eucaristía, donde el cristiano ejerce su sacerdocio unido al sacerdocio de Cristo y da gracias al Padre en, con y por Cristo.
Más adelante seguiremos profundizando en este tema.
Hola Rosa soy David....
ResponderEliminarEn realidad todas la culturas o religiones vienen ha decir lo mismo y es que todas las personas necesitan creer o rezar en algo por eso surgieron la diversas religiones debido a que algunos creían en esto y otros en lo otro por eso hay tantos modos de interpretar lo mismo pero de distintas maneras.....=D